Rijeka siempre ha respirado en el ritmo de motín y de cambios. Unos de los más grandes nombres de la escena de música y de arte en Croacia provienen de Rijeka. Y en 2020 los ciudadanos y las ciudadanas de Rijeka, y hasta los alrededores de esta ciudad que antaño era gran ciudad industrial, hablan el lenguaje del arte, no sólo de la riqueza de la escena creativa croata, sino esta ciudad intenta redefinir su identidad para el siglo 21 de la manera la mejor posible.
Estas temas, muy actuales hoy en día en todo el mundo, pero sobre todo para la Europa, se desarrollan a través siete programas: Dulce y salado, Lungomare art, Cocina de las diferencias, Dopolavoro, Era del poder, Casa de los niños y 27 vecindades.
Entre muchos actores son Idis Turato, Igor Eškinja, Damir Martinović Mrle, Numen/For use y Davor Sanvincenti, y las partes de la ciudad se convierten en oasis de arte, con unas instalaciones permanentes y los proyectos que transforman la ciudad de Rijeka en una metrópolis completamente nueva, como ha sido el caso con la mayoría de las capitales de la cultura hasta ahora.
Atrayendo los recursos para el desarrollo de la Capital, el efecto spillover se reflejará también en las partes rurales, con ciertos programas que tienen lugar en Lošinj, Brseč, Crikvenica, Lopar, Baška, Lovranska draga.
Una parte de estos fondos se invertirá en los proyectos de infraestructura. Así la fábrica «Rikard Benčić» se convierte en el templo de la cultura de Rijeka, y las instituciones como el Museo de la Ciudad de Rijeka, el Museo del arte moderno y contemporáneo, la Biblioteca municipal y la Casa de los niños, además de vestir el nuevo traje, asumen los papeles centrales en la vida cultural de Rijeka.